Un año más el Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria, con la colaboración de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino y del Cabildo de Gran Canaria, celebra una nueva edición, la XI, de la Semana de la Arquitectura; la cual inauguraremos el próximo día 6 de octubre, por ser esta la fecha (como primer lunes del mes de octubre) establecida (en el año 1996) por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) para la conmemoración anual del Día Mundial de la Arquitectura, en simultaneidad con la celebración también del Día Mundial del Hábitat.
Es por ello por lo que, en esta sincronía del Día Mundial de la Arquitectura con el Día Mundial del Hábitat, una vez más deseamos incidir en que no solamente celebramos, en nuestra Semana, la estética arquitectónica sino que elogiamos también, por igual, la ética arquitectónica comprometida con la mejora de los valores medioambientales, paisajísticos y sociales propios de cada entorno, propiciando tanto la correspondencia intrínseca entre el lugar donde vivimos y los espacios que habitamos, como la interiorización de la importancia que la Arquitectura tiene en la mejora de la vida del conjunto de la ciudadanía.
En esta nueva edición y con el lema “Los Grandes Equipamientos, actores transformadores de lo Urbano”, se propone continuar con el hilo conductor de la reflexión, ya iniciada en anteriores ediciones, en torno al concepto de “La Huella”; aunque en esta ocasión, en relación con el futuro desarrollo, en nuestro ámbito insular, de un conjunto de Grandes Equipamientos que actuaran como transformadores, cuando no como transmutadores, del hábitat construido en nuestra presente realidad urbana.
Realidad urbana que, como la social (en el actual contexto), se caracteriza por ser compleja y continuadamente evolutiva (regenerativa), y debería de serlo en el sentido progresivo como destinataria de procesos inclusivos, del conjunto de las aspiraciones ciudadanas (dinámicas también), originados en y desde diversos entornos de nuestra sociedad; esos procesos inclusivos, sin duda, refuerzan el vínculo indispensable que debe de existir siempre entre la ciudadanía y el entorno físico en el que se desarrolla su convivencia.